Como en casa

András vuelve a Hungría de Estados Unidos tras una temporada viviendo allí y se encuentra sin mujer, trabajo ni amigos. Ni siquiera es capaz de retomar la relación con su antigua amante. Totalmente perdido, con una mezcla de sentimientos entre el rechazo y la pertenencia a su lugar de origen, conoce a una niña que toma como hija adoptiva. Ambas almas desarraigadas se apoyan la una a la otra.

Anna Karina es la amante de Jan Nowicki en este drama que de alguna forma traslada los sentimientos de Mészáros hacia su país en aquel momento. Cada vez más a menudo en Polonia y Francia, la directora empieza a rechazar un sistema de producción que no le permite realizar filmes más ambiciosos. A partir de aquí iniciará un periodo de autoimpuesto exilio artístico. Como en casa habla de este sentimiento de desarraigo y rechazo, mientras reflexiona sobre los lazos que nos ligan a los lugares en donde crecimos.